¿Crees que te has sobreentrenado un poco? No ignores las señales durante tus entrenamientos.
El sobreentrenamiento es una preocupación muy real y no debe tomarse a la ligera.
“El sobreentrenamiento ocurre cuando una persona se ha ejercitado repetidamente a una intensidad, cantidad y duración superior a la que su cuerpo puede recuperarse”.
“Puede provocar muchos síntomas indeseables como ‘agotamiento’ y fatiga prolongada, lesiones musculares y articulares, mala calidad del sueño, pérdida de motivación, irritabilidad, función inmunológica y hormonal alterada, reducción del apetito y disminución de la densidad ósea”.
En el peor de los casos, el sobreentrenamiento puede manifestarse en condiciones como la amenorrea, donde su ciclo menstrual normal cesa como resultado de la pérdida de peso o trastornos hormonales, o rabdomiolosis.
La rabdomiolosis ocurre cuando el daño muscular es severo y, como resultado, se libera una proteína llamada mioglobina al torrente sanguíneo.
Luego, esta proteína tiene que ser ‘filtrada’, un proceso que puede ser dañino para los riñones (entre otras cosas) y generalmente resulta en una orina de color alarmantemente oscuro (otros síntomas no tan reveladores incluyen fatiga muscular y debilidad). Los factores de riesgo del rabdo, según un estudio de la revista Sports Injuries, incluyen temperaturas extremas, humedad, deshidratación, fatiga y asma.
“La progresión y el diseño del programa bien planificados son vitales para garantizar que progreses de la manera más eficiente posible y, al mismo tiempo, mitigar los peligros del sobreentrenamiento.
“Por ejemplo, la investigación muestra que el entrenamiento en intervalos de alta intensidad realizado tres veces por semana puede producir los mejores resultados al tiempo que limita las lesiones”.